ARQUITECTOS A LA GREÑA

. 30 jun 2008

El título de esta entrada podría ser una receta de antropofagia tradicional, de esas que recupera Eugenio Monesma en sus documentales, como las patatas a la greña, pero con arquitectos. Pero no, alguien intentó prepararlo una vez y el plato resultó correoso, y un discípulo de Santi Santamaría lo calificó de "prístino ejemplo de esa antropofagia pretenciosa que no queremos en nuestros restaurantes". En lo que a canibalismo se refiere, la gente prefiere comer seres más sencillos. Siento desilusionar a los que andaban buscando en Google una receta para epatar a sus amigos y han recalado en este blog, pero este artículo no va de comer arquitectos, sino que se limita a hablar de la que está cayendo en el mundo de la arquitectura a propósito del Pabellón Puente de Zaha Hadid.


En resumen, por lo que he podido saber hasta ahora, el Pabellón Puente gusta al ciudadano-paseante común y disgusta hasta el sarcasmo a los arquitectos. Quiero decir en términos generales, porque se dan casos de ciudadanos-paseantes horrorizados y de arquitectos satisfechos que aplauden hasta que se les ponen rojas las palmas de las manos. Esto ha generado una polémica entre los arquitectos, polémica que ha pasado desapercibida a los ciudadanos-paseantes, que bastante tienen con pasear y buscar una sombra en los secarrales de la Expo.

El fuego lo abrió todo un gurú de la crítica arquitectónica mundial, el británico William J. R. Curtis, autor del venerado libro La arquitectura moderna desde 1900. En un extenso y afilado artículo publicado en el suplemento Babelia de El País una semana antes de la inauguración de la Expo, se refirió a la obra de Hadid en estos términos:

"El puente es una de esas obras 'con firma' procedentes de un miembro del star system internacional y uno tiene la impresión de que procede de
otro planeta. Al ser tan excesivo en su expresionismo escultórico e impreciso en su articulación estructural y en sus detalles, hace que uno anhele una solución más sencilla y rigurosa que esté más acorde con el terreno y que, al mismo tiempo, permita a la gente disfrutar de las vistas del río. Cierto es que se supone que en este puente para peatones se van a organizar exposiciones, pero sigue siendo con exceso introvertido".


Vamos, que Mr. Curtis no dijo más porque la proverbial flema británica le conmina a encorsetar su discurso en los límites de la caballerosidad, pero queda claro que el Pabellón Puente no le ha gustado nada.


No es la única voz del mundo arquitectónico que se expresa en términos parecidos, y las críticas en los últimos meses han sido tantas que la propia Zaha Hadid, cuando vino a Zaragoza a inaugurar su obra hace un par de semanas, pidió respeto: "Yo no hablo de los puentes de otros arquitectos", declaró, como diciendo: "No me tiren de la lengua, que las gasto muy malas". No sabemos si durante la cena que disfrutó en El Fuelle -donde todo el mundo sabe que el recio vino de la tierra que sirven con generosidad en las tradicionales jarras de barro suelta la sin hueso una barbaridad- se explayó con mayor profusión. Tampoco se sabe si a Mr. Curtis le pitaron los oídos esa noche.

Al margen de lo estrictamente arquitectónico, el puente de la gran dama iraquí ha sido criticado por su sobrecoste, por su supuestamente innecesaria complejidad técnica y por la cantidad de esfuerzo suplementario que ha obligado a hacer en el dragado del Ebro para su cimentación. Las malas lenguas dicen que Ibercaja, su propietario para después de la Expo, todavía no tiene muy claro qué hacer con él, pues su complicado y sinuoso interior no permite montar un museo en condiciones. Pero yo, que soy un lego superficial que apenas tiene opinión de nada, me quedo con la broma que hacen en el blog Mi mesa cojea, donde lo comparan con un ovni. En concreto, con un ovni de una conocida serie de televisión.

A estas alturas, ¿sufren mucho por la pobre Zaha Hadid? ¿No soportan verla zaherida por las críticas inmisericordes de sus mezquinos y envidiosos colegas? Pues no padezcan más, porque ya hay un arquitecto andante que ha salido a su rescate cabalgando en su brava montura de dinteles y capiteles jónicos.

El héroe se llama Diego Fullaondo, y en una serie de artículos publicados en el portal Soitu (periódico digital elaborado por disidentes de elmundo.es) reta a duelo a quienes mancillen el honor de Zaha. Al menos, a quienes lo mancillen sin dar argumentos de peso. Al loro:


"Creo que lo que asusta tanto a los especialistas es la desbordada voluntad
expresiva del puente. Una voluntad expresiva que conforma íntegramente todos los elementos constitutivos del edificio. Estructura, instalaciones, acabados, cerramientos y por supuesto el espacio, se supeditan al impulso creativo inicial, obligando a realizar soluciones no convencionales para cada uno de los apartados. Mientras, de manera magistral, el hayedo del Pabellón de España consigue traducir su metáfora inicial a elementos tradicionales y reconocibles de la arquitectura contemporánea, el proyecto de Zaha propone una nueva definición en todo su lenguaje arquitectónico".

Fullaondo tacha de insustanciales y banales muchas de las críticas que se han hecho al Pabellón Puente. Se despacha a gusto: "Argumentaciones simplonas y tabernarias, más propias de una acalorada discusión futbolística que de cualquier otra cosa. Su profunda mediocridad, suavemente informada, les hace despreciar todo aquello que no entienden".

Vamos, que la cosa está calentita. ¿Y a vosotros, qué os parece? ¿Lo habéis visto por dentro y por fuera? ¿De día y de noche? ¿Con sol y nublado? ¿Qué os sugiere? Hablad, nos os cortéis, pues aquí está hablando todo el mundo.

Fotos: José Carlos León.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No se porque los criticos tienen que ser siempre -o la mayoria de las veces- tan extremos-. Posiblemente a las dos versiones no les falte algo de razón, aunque yo soy una simple paseante y no entiendo de arquitectura mas que lo que me enseñaron en el COU. Asi que ellos sabran si el pabellón puente esta bien hecho o mal hecho. A mi me parece una obra vistosa, impresionante, hecha para "epatar", y eso lo consigue (hasta que otro la haga mas gorda)y que junto a la torre del agua, el palacio de congresos y el alma del Ebro crean un conjunto interesante, aunque solo sea porque en Zaragoza nunca se había visto algo así. Tambien es cierto que las vistas del Ebro son una caca y que andar por dentro cuando sopla el cierzo es como andar por dentro de la turbina de un avión a reacción. Tambien es cierto que no tengo muy claro para que va a servir cuando acabe la Expo. Pero no es menos cierto que si nos preguntaramos mucho esas cosas ahora no tendriamos Pabellón Puente ni Paris la Torre Eiffel, ni Bruselas el Atomium. Las cosas bellas no siempre tienen porque ser utiles y a mi, simple paseante, el pabellon puente me parece bello, extraño, estrambotico, alucinante, inquietantementwe organico, como un enorme monstruo surgiendo de las aguas del Ebro para asomarse a ver que esta pasando ahi fuera.

Pero, en fin, una no es mas que una simple pasenate que no entiende de arquitectura y encima una entusiasta de la Expo, asi que igual es que la emocion me pierde. Y de la exposicion que hay dentro no hablo porque aun no la he visto, y de las cosas que uno no sabe, mejor no opinar.

Un saludo y enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

Ah, el pabellón-puente... es varias cosas en una sola, es una pequeña sala de exposiciones, es un limpio pasillo de metro, es una pasarela laberíntica, todo ello oculto en el caparazón de un armadillo. ¿Se podrá reconvertir en un museo? Tal vez sí, posiblemente traicionando su concepto. ¿Es introvertido? Sí, tamiza la luz pero esconde el entorno. ¿Era necesario? No, es una criatura inesperada de utilidad incierta. La clave es ¿llegaremos a quererlo? ¿O será para siempre una nave alienígena varada sobre el río, desguazada poco a poco por las riadas y los grafitis?

Anónimo dijo...

Antes de nada me gustaría comentar que soy un zaragozano a punto de obtener el título de arquitecto. Así que mi opinión está para bien o para mal, algo "deformada" por la carrera.
Uno de los problemas que tiene la arquitectura es que a veces los edificios se hacen para seducir al mundillo de los arquitectos y aparecer en revistas de arquitectura, y no se piensa en la satisfacción de la gente que los va a usar o en el bienestar de la cuidad, que es lo realmente importante.
Y centrándome en el Pabellón Puente y su autora, he de decir que no me entusiasma, en líneas generales, aunque tiene cosas interesantes. Desgraciadamente, esta arquitecta lleva años haciendo el mismo estilo de arquitectura, esta demasiado encasillada. Tiene la ventaja de haber creado un estilo propio, pero esto tiene inconvenientes. Por ejemplo si se le encargará reformar el Paraninfo, me temo que o no sabría o no querría hacerlo, y si le mandan hacer una casita en el campo, pues parecido. No sabe adaptarse a las ciudades ni a la historia. Si le hubiesen encargado un pabellón puente en China, seguramente habría sido muy parecido, y eso no es ser una buena arquitecta.
Yo reconozco que el pabellón es impresionante, más por fuera que por dentro, ya que no está muy bien resuelto en el interior.
Los principios de la arquitectura son "firmitas" (estructura), "utilitas" (utilidad) y "venustas" (belleza). El de firmitas... es criticable. No digo que se vaya a caer, sino que tiene un record "negativo": la cimentación más profunda de España (nada menos que unos 70 metros de pilotaje). Esto indica que no pensó demasiado en la estructura.
La utilidad, es algo dudoso, sobretodo pensando en lo dificil que es aprovechar esos espacios interiores con desniveles y con unos rincones incómodos, por no hablar de lo díficil que sería meter ahi algo como un baño o de como se ha olvidado de sacarle más partido a las preciosas vistas que hay desde el puente.
Y en cuanto a la belleza... pues desde el exterior se puede decir que es bonito, por su forma original, pero el interior... no es precioso, no es un lugar para hacerse una foto por su belleza, o por la sensación de luz, o de relax por ejemplo. Si la gente se hace fotos en el interior del Pabellón Puente, está claro que se hacen por lo vistoso, pero no son del tipo de fotos que uno se puede hacer en algún sitio como la Alhambra de Granada, por citar un ejemplo de belleza arquitectónica.
De todos modos, el puente ha dado que hablar y eso también es positivo, sobre esta obra se podría estar hablando durante horas.
Teniendo en cuenta lo que ha costado... no tenemos otra opción que disfrutarlo ;)

¿De qué va este blog?

El asombro cotidiano de alguien que se siente turista en su propia ciudad. Armado con una cámara, el periodista de HERALDO Sergio del Molino capturará fotos y vídeos de la ciudad de la Expo (e incluso de la propia Expo) y los servirá aquí aliñados con sus balbuceos de hombre asombrado ante el progreso. A veces, en pequeñas dosis, como una tapa de anca de ranilla. Otras veces, en plato grande, hasta el hartazgo.

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